Yo sé, por supuesto, que la mayoría de las obras que puedo ver en las calles de Valparaíso o Santiago de Chile son pintadas por crews, que a veces consisten de tanto hombres como mujeres. Además, ya conozco mujeres quienes pintan graffiti con sus novios, parejas quienes incluso forman crews de los dos juntos, como Unkolordistinto, el crew de Jekse y Cines. También sé un crew chileno que se llama Crazys y que se consiste exclusivamente de varias mujeres pintoras.
Basada en algunos libros y artículos que he leído y las pocas entrevistas y conversaciones que he logrado a tener con las mujeres chilenas que pintan graffiti he llegado a pensar que el graffiti contemporáneo no puede ser considerado solamente arte masculino. No sé si la misma se aplica para la situación en Finlandia, mi país, pero al menos en Sud América las mujeres han hecho una fuerte y entusiástica entrada en la escena de arte callejero, ya hace tiempo. Ellas no intentan esconder su identidad de género atrás de las espaldas de sus novios graffiteros o detrás estilos y temas que aparecen masculinos. Una de las graffiteras que he entrevistado por email escribió que ella le gustaría que se logre ver en su pintura que hay una mujer o mujeres atrás de eso. Ella dio homenaje a su género, y en su arte ella le gustaba a manifestar y celebrar su feminidad: “Siempre reflejo en mis temas la función de la naturaleza y la mujer… entiéndase mujer como lo femenino, maternal, sensualidad, energía, madre tierra etc.”
Esta celebración de la feminidad en graffiti está tan interesante y inspirando que me encuentro planeando a visitar Chile otra vez. Sin embargo, también hay otras aspectos en graffiti chileno y, más general, en graffiti sudamericano, que me interesan, como sus temas o motivos, cuales frecuentemente parecen más figurativas, elaborados, vistosos y lúdicos que, por ejemplo, los del graffiti finlandés.
Pero, naturalmente y sobre todo, me encantaría poder oír y hablar la lengua chileno de nuevo y a pasar tiempo con mis amigos lejanos en las suaves noches de primavera, escuchando cumbia, bailando salsa y bebiendo lo mejor vino tinto del mundo bajo las estrellas que nunca se ven en los cielos de mi propio país…